jueves, 4 de septiembre de 2008

Nada, nada, nada más (12 de agosto del 2008)

Danza azul, húmeda cadencia. Elegante pez surcando un cielo líquido. Y toda la gloria. La medalla orgullosa y resplandeciente sobre el pecho mojado. Pero después del agua, más agua. Pues ya lo hemos dicho: el río cambia y aunque parezca, nunca es el mismo. El río cambia, pasa, revuelve, arrastra y lleva. Y entonces Georgina, pez campeón, tuvo que ver como sus chances se secaban ante la desidia de los que solo saben arrojar anzuelos vacíos. Baldazo de agua fría, duchazo de agua fría en el CENARD. Georgina como pez fuera del estanque. Nada y nada más que nada. Sin plata, sin apoyo, como tantos otros. Y mientras tanto, aquellos que reclaman el oro y el moro(pero cuyas políticas están más cerca del bronce), haciendo, nadando la nada misma al estilo Pilatos).
Asi aprendemos a tirarnos a la pileta sin agua ni salvavidas. Mientras tanto ellos esperan recibir sin dar. Mucho largo de pecho y poco largo proyecto. Estamos hablando-si hace falta aclarar- de mucho más que una nadadora. Estamos hablando de deporte, de educación, de pobreza y todo ello que atenúa lo que tanto les importa: la bendita inseguridad. Sin inversión sólo resta la inmersión. Es decir, que nos tape el agua.
Georgina, claro, sabe eso de sumergirse y salir a flote para tomar aire. Y también sabe decir que no. Aunque corra el riesgo de quedarse sin nada. Tampoco le daban mucho. Pero ella cuenta con algo: orgullo.
Que pena que igualmente a ellos estas problemáticas ni los salpique. Que pena que los que hoy creen que pueden caminar sobre las aguas no sepan que el río cambia, pasa, revuelve, arrastra y lleva. Algún día a ellos también se los va a llevar.

Los Piojos - Agua




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