
El lunes por la mañana se divisa el campo de batalla. La caballería del aire surca los aires al compás de Wagner. Y caen los misiles del tiempo. Allí estamos nosotros.¿Esquivándolos o arrojándolos? Es una lucha, diría un tal Cantoni. 100% lucha. “Amo el olor del NAPALM por las mañanas” soltaba en su inolvidable parlamento de Apocalipsis Now el Coronel Kilgore. Y a veces la ciudad se viste de Viet-Nam y entonces atravesamos sus ríos espesos, empantanados y laberínticos, surfeando alguna ola en medio del bombardeo y sintiendo sobre el final del día, cuando el campo queda arrasado y seco por gas de las horas, que todo esto huele…¿a victoria? Y es que estamos vivos, al fin y al cabo. ¿Qué más pedir? Y sí, claro. Será todo batalla. “En dos palabras puedo definir cuanto he aprendido de la vida: sigue adelante”escribió el poeta norteamericano Robert Frost. En dos palabras puedo definir cuanto he aprendido de la vida: no sé. Apocalipsis ahora. Pero el show debe continuar. Aunque el enemigo “no tenía espectáculos: su idea del descanso consistía en comer algo de arroz y un poco de carne de rata cruda”apuntaba el Coronel Willard y remataba: “para ellos es la victoria o la muerte”. Sí, amigos míos: es una lucha. Y no se horroricen, aunque el demente y revelador coronel Kurtz de Marlon Brando fuera claro: “Solo se distingue lo que es realmente necesario cuando se comprende el verdadero significado del horror”. “No trates de entender el sacrificio: los dos somos soldados forma parte del oficio” tradujo el Salmón cuando estaba más cerca de Devoto que de Olivos.Apocalipsis ya. Pero basta, no e para tanto: quizá delire por los excesos de rayos catódicos o la sobredosis de tabloides. Talvez esto no sea Camboya. Quizá pueda comprar algo en la farmacia para remediarlo…claro, si tuviera para pagar los remedios. Es una lucha. 100% lucha. Apocalipsis ahora. Pero como cantaba el poeta más grande de la música: “Está todo bien ma: sólo estoy sangrando”.
Andrés Calamaro - Aguas peligrosas
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