jueves, 4 de septiembre de 2008

Plutón (29 de agosto)

Diez nueve ocho. Y Venus al fin, suspirando en la espalda de Saturno. Jueves, viernes, sábado. Venus de brazos abiertos penetrando los arcos saturninos .Siete, seis, cinco. Cuenta regresiva, cuentas de collar. La noche le arranca el collar de perlas y luces al cielo y deja su cuello lácteo desnudo y resplandeciente, como una ofrenda divina, dispuesto a recibir los ávidos dientes de la luna. Cuenta progresiva, cuenta gotas del tiempo. Una constelación de libélulas centelleantes, una procesión de alondras tornasoladas. Y la tripulación lista para el despegue. Argonautas espaciales, no llevarán más que lo necesario e imprescindible: un par de rimas, sombrero de sal y un puñado de lluvia. No hará falta nada más. Cuatro, tres, dos, uno, fuego. Todos los fuegos el fuego. Disparo agudo, daga del cielo. Viaje enérgico, lisérgico, sinérgico, catárquico y anárquico. Pero con un destino claro y lógico: Plutón. Enano en la inmensidad, celoso del sol, menage a trois de lunas, último andén. Y ya no te detengas en metáforas complejas. Mejor dejarse caer en las palabras leves, que este viaje precisa andar liviano. Y esta vez no le busques el sentido. Al fin de cuentas- de collar, claro- tampoco lo tuvo el resto lo días, en esta galaxia asfixiante, de brazos cortos y alas rotas, de días grises y horas huecas. Viernes me enamoro sin cura, parte una nave a Plutón.

Héroes del Silencio - Hechizo




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